Un toque. Un mínimo, suave, sencillo toque sobre una pantalla o sobre un aditamento con nombre de roedor, y algo sucede. Puede ser importante, puede ser intrascendente, según el punto de vista, según el dedo, según el que recibe el efecto producido por la acción del dedo. La mayoría de las veces, creo, opinó el Investigador Poeta, en lo sucesivo IP, pasa un tanto intrascendente o, en apariencia, intrascendente.
Me remito a la historia -dijo en su invariable acento trascendental-, unas décadas atrás, según cuentan las historias, leyendas, rumores, chismes, informaciones y las desinformaciones que todavía circulan por las redes, en el año 2007 una amiga le sugirió a Leah Pearlman, ahora ya casi devorada por el olvido, que creara un botón para señalar posts, o publicaciones, un bicho que se incrustaría en el alma de la Cosa. La idea le quedó andando en el cerebro como una hormiguita que cada diez minutos le susurraba: póngale cuidado a eso que es importante. Esa pequeña, diminuta, casi invisible hormiguita, habría de desatar en las almas de quienes cayeran en la fauces etéreas de la Cosa, fuerzas y pasiones cuyas efectos no alcanzaban a entender; tenía la propiedad de deshacer estos pensamientos, si acaso aparecían.
IP estaba lleno de digresiones que no me sorprendieron, un tanto difusas. Dicen, continuó, que el proyecto partió de una idea compartida por un tal Justin Rosenstein, Leah Pearlman, Ezra Callahan, Akhil Wable y Andrew Bosworth. Bautizaron la propuesta con el nombre clave de “Props” o “Propiedades”. El propósito era crear una “Bomba” para marcar los posts, esos escritos virulentos o saludables, estúpidos o profundos que, como rumores entretejidos, poblaban La Cosa. Al final se decidieron por estrellas, el símbolo “más” (“+”) que podría estar junto al menos, y también un símbolo del pulgar arriba, “un verdadero demonio”, según IP, y según la CREPC. Renunciaron al símbolo con el pulgar arriba por considerar que en algunas partes podría tener una connotación negativa.
Recordé que no era así en la Roma de los sangrientos combates de gladiadores, entre los cuales se encontraba el señor Máximus Décimus Meridius, alias Russel Crowe, y el señor Cómodo, emperador, alias Joaquin Phoenix, quien tenía el poder para decidir si un gladiador vivía, señalando con el pulgar hacia arriba, o moría, señalando hacia abajo, enviándolo al inframundo con el señor Plutón, o como dicen por estas tierras, a los profundos infiernos. Un simple gesto, pulgar arriba, igual a vida; pulgar abajo, igual a muerte. Y el bicho, el malvado símbolo, afilaba su veneno y su ponzoña.